31 de enero de 2010

M de Magia.

Nunca he creído en el destino, pero sin embargo he creído pocas veces en la casualidad. Me paro un minuto a pensar y caigo en la tentación de crear en mi cabeza todas esas cosas que, si no hubiesen pasado, no habrían provocado que yo estuviese escribiéndote. Extraño, ¿no crees? Toda una cadena de sucesos que provocaron nuestra extraña "coincidencia" en el mismo lugar, aquella extraña noche donde todo era muy diferente. Si tu curiosidad hubiese sido menor, si yo hubiese perdido el tren, si ella hubiese estado mejor, si yo me hubiese resignado a un par de órdenes, si el tiempo nos hubiese dado la espalda, si te hubieses ido antes, y yo hubiese llegado después...Pero, qué más da. No hay que buscarle una explicación racional a la magia, ni a lo fantástico, y mucho menos al amor.
Magia es esperar a que vuelvas, reír sin oírte, sentir que respiramos el mismo aire, dedicarte una canción que aún no se ha escrito, soñar despierta que estás soñando conmigo, volverme loca si no te encuentro en cada rincón. Magia es ver cómo te alejas, pero vuelves al momento, sentir cómo me miras desde lejos, pero te siento tan cerca.
Magia no es más que tú, cuando mueves tan rápido las manos que no percibo cómo rozas la superficie de mi estúpido corazón.
Magia es verte sonreír, recordarte, olvidarte, tener por seguro que algo es para siempre, dudar de si el infinito existe...

Pero, al final, magia...