20 de junio de 2009


Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»). Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón. Y porque ahora? Por qué? ¿Por qué me haces esto? ¿Esque no entiendes lo que duele, hasta qué punto me haces daño? No, tu no entiendes lo que significa esa palabra. Te gusta confundirme, pero ¿por qué? ¿por qué lo haces? Solo quiero que me respondas, esque no ves que por mucho daño que me hagas yo voy a seguir queriéndote como una puta gilipollas?, que por mucho que quiera odiarte mi corazón necesita abrazarte? Esque no entiendes que te necesito? Que te necesito para respirar, que necesito a cada poro de tu piel para sentirme viva y que me muero si tus ojso dejan de ser mis ojos? No seas tan cobarde y admite de una puta vez lo que sientes, porque sé que sientes algo por mí, algo grande, pero eres un imbécil que preferiría morirse antes de aceptarlo, antes de admitir que soy la razón por la que te levantas todas las mañanas, pero también la razón por la que no te quieres despertar. No me hagas más daño joder, y no te lo hagas a tí, ¿por qué tienes esa manía de hacer difícil lo fácil? Nunca lograré entenderlo..




Recórreme el alma, bébete mi cuerpo, erízame la piel con tus besos, respírame al oído y folláme hasta que se agote el último gemido de mi corazón.